Zabriskie Point

Michelangelo Antonioni, Estados Unidos, 1968, Warner Bros Picture France

Comentario

Daria y Mark acaban de encontrarse, sus respectivos itinerarios los han conducido a este lugar emblemático del valle de la Muerte, donde acaban de reunirse. El auto en el cual circulan atraviesa un vasto desierto de rocas minerales hasta que se pierde de vista, hasta el horizonte. Allí se detiene en lo que parece una vasta extensión sin límites. Un pequeño muro de piedra en el que un cartel indica y designa un lugar preciso: Zabriskie Point, portador de una memoria y de una historia muchas veces milenaria, la de un lago desecado que las fuerzas telúricas han diseñado a través del tiempo. Pero Mark y Daria no le prestan más que una atención distraída a las explicaciones científicas inscriptas en el cartel, que invade toda la pantalla y no les parece de ninguna utilidad, y cuyos términos científicos suenan en sus oídos como palabras bárbaras y vacías de sentido. Se quedan sólo un instante detenidos por la belleza del panorama extraordinario que se les ofrece: no han venido de visita a ese elevado lugar turístico célebre y frecuentado. Antonioni filma a continuación la conversación que se desarrolla.

Una panorámica circular le permite abarcar a la pareja cuya silueta se recorta sobre las espectaculares concreciones geológicas que se despliegan gigantescas delante de ellos; el objeto de su conversación, que oscila entre lo prosaico de un coqueteo en broma y el violento ruido del mundo dejado tras ellos (la huelga, la muerte de un joven negro por la policía), resalta sobre la pureza de ese lugar primitivo y aislado. Estos intercambios extraños, a menudo disonantes filmados en Panavisión en un universo que parece haber cambiado de escala y en el cual los personajes parecen minúsculos, suenan como una última respiración antes de un salto a lo desconocido. Mark y Daria parecen dudar y retener el aliento al borde de un nuevo mundo en el que serían, después de un caos devastador para la humanidad, los primeros humanos. Una vez que se forma la alianza, es a través de un juego de persecución que rompen permanentemente sus lazos pasados ​​y literalmente se mezclan con el paisaje lunar y prehistórico, y desaparecen, absortos en su inmensidad.