Stromboli

Stromboli

Roberto Rossellini, Italia, 1950

Comentario

Por impresionante que sea, la fuerza de esta escena no reside solamente en la filmación en directo o en la duración, en la almadraba (pesca tradicional del atún con redes) ni únicamente en su valor documental. Se vincula sobre todo con la elección del director de hacérnosla descubrir al mismo tiempo que a su personaje, Karin, interpretado por la estrella hollywoodense Ingrid Bergman. Rossellini ha ubicado a su actriz en la postura de espectadora, sin otra consigna que la de mirar. Ella nunca está en el mismo plano que los pescadores, sino sola, frente al coro de hombres reunidos por el esfuerzo. Capta así, por contraplanos sobre su rostro, el carácter trágico y despiadado de la escena que se desarrolla bajo sus ojos y los nuestros. Multiplica los planos y los cambios de eje, el ritmo del montaje se acelera, a medida que la trampa se cierra sobre los atunes, que agonizan en las barcas. Karin/Ingrid Bergman, como el espectador verá todo: la espera, el levantamiento lento de las redes, ritmado por los cantos de los marineros, casi ritualizado, hasta la matanza de los peces, atravesados por arpones en un último cuerpo a cuerpo salvaje. La crueldad del espectáculo actúa como una revelación, que produce casi un efecto de contagio; a ella le salpica la espuma que invade la pantalla; atontada, asustada, confrontada con lo real en todo su poder y extrañeza. Mientras los animales luchan desesperadamente para escapar de las cestas, Karin toma conciencia de la elección que debe asumir de ahora en adelante y hasta el final: compartir la vida de una comunidad a la que es extranjera.