Comentario

Esta secuencia se divide en tres partes. En la primera, los tres hombres juegan como niños a un juego de mesa rudimentario en el que se trata de imitar un combate entre dos figuritas de cartón dando golpecitos a una plataforma.

En las segunda parte, trazan en la arena, con algas, el círculo de tamaño natural que delimitará la zona de juego ritual, el "ring". Después, los luchadores se enfrentan imitando el ritual de los luchadores de “sumo”.

 En la tercera parte, el juego deja de ser realista a partir del momento en que los dos ”organizadores” ubican a los dos luchadores, fijos e inertes, en el círculo

como si se tratara una réplica de los hombres de papel del juego inicial. Después, desde el borde del círculo, dan golpecitos en el suelo, como lo hicieron con el juego de cartón y los dos combatientes, convertidos en objetos-juguetes, parecen animados por esos golpecitos y totalmente incapaces de la menor autonomía ni dominio sobre sus propios gestos y desplazamientos.

De la primera a la tercera parte, Kitano opera cambios de escala muy poéticos y muy arbitrarios: pasamos del juego de mesa en escala reducida del juego al mismo juego en tamaño natural. Las piezas del juego se han vuelto seres humanos reificados. El efecto produce a la vez risa y malestar.