Le Déjeuner sur l’herbe

Le Déjeuner sur l’herbe

Jean Renoir, Francia, 1959

Comentario

Al inicio de esta secuencia, los grupos de personajes están claramente separados, cada uno en su lugar: las personalidades notables, acartonados, están sentados a la mesa, las empleadas que se agitan a su alrededor para servirlos y los jóvenes en círculo junto a la tienda de camping. El tiempo está soleado y tranquilo. Pero cuando el viejo pastor, Gaspard, mitad dios mitad mago, acompañado de su chivo, comienza a tocar la flauta, desata una tormenta de viento que produce instantáneamente una divertida confusión, pulveriza las fronteras de ese bello orden social y la regulación habitual de las distancias entre amos y sirvientes. Todos se mezclan con todos. Ese viento loco modifica la imagen misma cuya composición se vuelve inestable y anárquica. Los cuerpos de los actores y actrices se doblan y se arquean para resistir a la potencia de ese viento violento que los desestabiliza.Se les impide físicamente controlar su interpretación, ya no pueden controlar sus posturas y movimientos. El viento levanta incluso el vestido de una mujer que pierde el control de lo que muestra a la cámara. Ese viento potente, de origen sobrenatural (el pastor es una especie de dios pagano) produce una anarquía general en la sociedad, en la ficción y en la representación misma.

Renoir debió usar un enorme túnel de viento para producir semejante efecto, no simulado, sobre los actores y sobre la imagen, en la que ya nada es estable.

Palabras clave

Viento, Alteración.