Francisco, juglar de Dios

Francesco, giullare di Dio

Roberto Rossellini, Italia, 1950

Comentario

Esta escena se sitúa al final de la película. Francisco ha decidido que la comunidad de los primeros hermanitos ahora debe dispersarse para que cada uno vaya a predicar la buena nueva a los cuatro rincones del país. Pero ¿cómo decidir el camino de cada uno? Entonces Francisco tiene una idea infantil e igualitaria. No será quien decida el destino de cada uno de los hermanos, sino un juego de niños, un juego de vértigo: todos los monjes van a girar sobre sí mismos hasta el aturdimiento y cada uno partirá en la dirección en que quede su cuerpo sobre el suelo en el momento de su caída. El recurso a un juego infantil corresponde a una de las características de esta comunidad franciscana: un espíritu de inocencia y de alegría.

Rossellini agrega un gag a la escena: el hermano más viejo, un poco simplón, que todos pensaban que iba a caerse primero, no llega a experimentar el vértigo y es el último en caer. Pero incluso las bromas que le hacen están llenas de ternura y de cariño fraterno.