El gran dictador

The Great Dictator

Charles Chaplin, Estados Unidos, 1939

Comentario

En esta secuencia, el dictador, interpretado por Chaplin, ”despega” de la realidad y “echa a volar” en un sueño de dominación y de poder absoluto sobre el mundo. El sueño toma la forma de una regresión en la que se pone a jugar con un mapamundi que tiene la ligereza de un globo inflable, como un niño que se aísla del mundo real, con un objeto de su elección, al que podrá atribuirle el sentido y el valor que desee, sin que el principio de realidad venga a refrenar su ensueño imaginario. Si lo real del objeto globo parece no resistirse al ensueño del dictador, es porque el actor Chaplin tiene un domino total de su gestualidad y de sus posturas: nos da la ilusión de que el globo mapamundi obedece a su dedo y a su ojo y se convierte en un objeto de tal ligereza que lo hace literalmente hacer lo que quiere.

El poder del niño sobre el objeto que ha elegido para su juego se convierte entre las manos de este adulto megalómano en el fantasma de un poder perverso sobre el mundo. Pero Chaplin corta el poder absoluto de esta bola imaginaria de juego y hace explotar en las narices del dictador el mapamundi que se convierte en un pobre desecho ridículo. Es un anuncio hecho a Hitler del fin ineluctable de su sueño dictatorial y paranoico del mundo.