Chantagem e confissão

Blackmail

Alfred Hitchcock, Reino Unido, 1929, StudioCanal

Comentario

Hitchcock, en esta primera película hablada de su carrera, cuenta un intento de violación y el asesinato del hombre por la mujer. Hace elecciones muy concretas para filmar el asesinato sin jamás mostrarlo directamente. Esto le permite sugerir actos extremadamente agresivos sin exponer al espectador al espectáculo de la violencia.Esta elección de retención visual le permite al mismo tiempo jugar con el famoso suspenso, que será su marca de estilo.

En una misma escena usa las principales figuras del cine que sugieren una acción en lugar de mostrarla:
- El sonido off: en el plano desde la ventana del policía que camina por la vereda, se oye en off a la mujer que le grita al hombre “suélteme”, dejándonos imaginar lo que está pasando a nuestras espaldas.
- Las sombras proyectadas: después de ese plano de la calle, la primera lucha entre el hombre y la mujer se filma por medio de sombras proyectadas en la pared del estudio. Luego, la cámara panea hacia lo que creemos que serán los cuerpos reales pero se topa con una cortina detrás de la cual prosigue la pelea.
- Los enmascaramientos: la lucha y su desenlace -el asesinato del agresor en manos de la mujer- ocurren detrás de la cortina y estamos condenados a imaginar sin ver lo que pasa detrás de esa cortina que se mueve. Ese enmascaramiento de la escena refuerza el suspenso porque no sabemos quién está ganando ese combate cuerpo a cuerpo.
- La parte por el todo: la mano es la única parte visible de los cuerpos que se agitan detrás de la cortina. Hitchcock hace un travelling hacia adelante para terminar en un primer plano de la mano de la mujer que se apodera del cuchillo y lo lleva detrás de la cortina. Luego, después de la pelea invisible, una mano cae, inerte, en el lugar exacto en el que la primera mano había tomado el cuchillo.
- El efecto por la causa: la mano inerte nos deja entender que la persona está muerta. Cuando la mano entra en el cuadro, el espectador puede pensar que es la de la mujer, pero el malentendido dura poco porque enseguida identificamos la manga del traje del hombre.

La secuencia también presenta otro juego, de una naturaleza totalmente diferente, entre lo mostrado y lo oculto. El hombre está vestido de calle mientras que la mujer está en ropa interior, un poco transparente, al menos para la época. Esto le permite a Hitchcock dejar que el espectador adivine las formas del cuerpo de la mujer e imprimirle un tono ligeramente “erótico” a esta escena de asesinato. Pero tampoco podía dejar que el espectador piense que la mujer se había desvestido voluntariamente para seducir al hombre. La astucia del guión consiste en mostrar, antes de la agresión, que el hombre que la invitó a su departamento -y que forma parte de su círculo de conocidos- le propuso probarse un vestido, cosa que ella aceptó por jugar. Hitchcock, en su obra futura, a menudo asociará asesinato y erotismo.