Cautivos del mal

The Bad & The Beautiful

Vincente Minnelli, Estados Unidos, 1952, Warner Bros.

Comentario

Un productor y un director están filmando, sin convicción y sin recursos, una película de serie Z, El crepúsculo de los hombres gato. En esta escena, se los ve deprimidos por la mediocridad y la ridiculez de los vestuarios de los hombres gato. Los espectadores se van a reír en lugar de tener miedo.

Entonces, el director comienza a exaltar los poderes del “mostrar y ocultar”. Al mismo tiempo que hace la demostración concreta oscureciendo la sala de proyección salvo por la lámpara de escritorio que produce una luz muy direccional como de proyector y sombras muy expresivas, dejando el resto del decorado en completa oscuridad.

Defiende la idea de que, si se quiere provocar el miedo del público, hay que evocar a los hombres gato y nunca mostrarlos. Mostrar el efecto (la niña gritando) sin mostrar la causa (los hombres gato) para que el espectador sienta la angustia de ese peligro que no ven pero que imaginan. Elogia la sugestión y la considera más eficaz que una pura y simple representación.

La escena de La marca de la pantera, en el fragmento siguiente, funciona como una aplicación directa de esta teoría del director.