Sendas torcidas

They Live by Night

Nicholas Ray, Estados Unidos, 1944

Comentario

En esta secuencia de apertura, Nicholas Ray nos sumerge en medio de una situación de la que no sabemos nada. ¿Quiénes son esos hombres? ¿Qué los relaciona? ¿Adónde van? Nos muestra acciones sin darnos antes la información que permitiría entenderlas. Notamos la urgencia y la agitación de esos hombres que parecen estar huyendo, pero no conocemos su causa. Lo que al principio es un grupo indistinto de cuatro hombres va a definirse a pesar de todo. El chofer no pertenece al grupo de los otros tres y un gesto del que parece ser el jefe da a entender que se dispone a ejecutarlo porque, según dice, “habla demasiado” y es evidente que lo consideran responsable de la pinchadura de la rueda.
Queda en nosotros, espectadores, unir los retazos de información para tratar de descifrar la situación: esos hombres sin duda son prófugos y forzaron al dueño del auto a transportarlos hasta su destino.
Desde la primera escena, el cineasta quiere indicarnos la violencia de esos dos hombres que van a agredir al chofer. Pero no quiere mostrarnos directamente esa violencia. La acción transcurre en el suelo, tapada por el auto y sólo vemos la parte superior del cuerpo de los agresores. Oímos los golpes sin ver cómo la víctima los recibe y Ray sólo nos muestra el resultado cuando los dos agresores levantan su cuerpo para ponerlo, inerte, en el auto. Aplica el principio que consiste en mostrar el efecto pero no la causa de una acción, dejando que el espectador imagine lo que no vio.
Un plano extraño aísla del grupo a uno de los tres hombre, el que se quedó en el auto, inclinándose para ver cómo le pegan al chofer. Este tipo de plano pide un plano de raccord de mirada en el que nos mostraría lo que ve, pero Nicholas Ray nos va a privar de él por moral de cineasta.