Algo para recordar

An Affair to Remember

Leo McCarey, Estados Unidos, 1957, Théâtre du Temple

Comentario

Apenas llegados al umbral del jardín de la abuela, Terry experimenta un sentimiento evidente: descubre el lugar por primera vez (contrariamente a Nickie que tiene recuerdos), y el lugar le parece un pequeño paraíso propicio a la dulzura y el reposo. Los diferentes ejes elegidos para observar el lugar nos muestran en efecto árboles y flores, un estanque, un banco. En el primer plano de los personajes llegando, la ubicación del lugar, sobreelevada en relación con el puerto y el pueblo, es muy clara; después, el segundo plano, más largo y en movimiento acompaña a los personajes en su llegada. Permite así al espectador comprender bien el espacio y sus diferentes partes (el jardín, la capilla, el salón). Asistimos a una pequeña serie de circulaciones en el jardín, idas y venidas, o entradas y salidas, que, como en un escenario teatral, hacen evolucionar a los personajes por todas partes solos, de dos o bien de a tres. El montaje, por otra parte, presenta más cortes, por ejemplo cuando muestra lo que Nickie señala: la puerta de la capilla que se sitúa unos escalones debajo del jardín. Así, McCarey demora la aparición de la abuela, lo que permite a los dos personajes principales, al igual que nosotros lo espectadores, tomarse el tiempo de simplemente mirar el lugar y, para Nickie, dejar que los recuerdos vuelvan, instalar un momento privilegiado y calmo entre ella y él, propicio para las confidencias, en intimidad (en el crucero, se pasan el tiempo tratando de escapar de las miradas curiosas). Nickie puede contarle la historia de su abuela a Terry. El perro -llamado Fidel con toda intención-, guardián de la capilla, es una presencia animal que, además de traer otra temporalidad, es testigo de la relación pasada de Nickie con el lugar. Por fin, la llegada de la abuela al jardín (a la escena) fuerza a Nickie a precisar sus intenciones sobre su futuro matrimonio y a dar cuenta de su vida presente. La confusión de la abuela (que de entrada piensa que Terry es su novia) autoriza, en una especie de travesura, a lo que la pareja ilegítima se aproxima (ya que cada uno está comprometido con otra persona). Así, pasado, presente y futuro están contenidos en esta secuencia y se reúnen gracias al lugar, apartado del mundo y propicio a los recuerdos.